Ya está en marcha ‘Incubadora de Sueños’, el proyecto de la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación, que le otorga a 110 jóvenes víctimas del conflicto armado formación tecnológica.
A través de esta oportunidad de formación, la Alta Consejería busca que la población víctima tenga las herramientas necesarias para recalificar su perfil, y así disminuir las barreras de acceso que se presentan en el mercado laboral local.
“Sabemos que las víctimas del conflicto armado colombiano se enfrentan diariamente a muchos retos: empezar una nueva vida en un lugar que les es ajeno, estar en un lugar que no conocen, buscar un trabajo, educarse. Por eso es tan importante esta oportunidad, es una puerta abierta para que los jóvenes, con un poco de constancia y disciplina, sean los protagonistas de un cambio. Sean los protagonistas de esta ‘Incubadora de Sueños’”, expresó durante la bienvenida, Angela Anzola, Alta Consejera para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación.
En esta bienvenida, varios jóvenes compartieron su alegría por hacer parte de la ‘Incubadora de Sueños’, entre ellos Santiago Ávila, beneficiario del programa, “me parece genial esta oportunidad, me puse feliz por poder estudiar, no tengo los recursos para pagar una universidad. Cuando me llamaron a contarme de la convocatoria me emocioné y acepté de inmediato. Yo estaba trabajando, pero mis metas son más altas, quiero un título universitario para ganar un mejor sueldo y sacar a mi familia adelante”.
Los seleccionados para hacer parte de esta iniciativa tuvieron la oportunidad de participar en un proceso de orientación vocacional y elegir que estudiar entre 11 opciones diferentes: electrónica, diseño y sistemas, gestión de la información, gestión contable, gestión administrativa, diseño e ilustración, diseño y moda, comunicación en medios, gestión de mercado internacional, gestión turística y hotelera, gestión administrativa para empresas de salud.
El proceso educativo, que inició la primera semana de agosto, durará tres años y contará con acompañamiento psicosocial y vocacional para que la tasa de deserción sea mínima. La formación se adelanta en la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior –CUN, institución seleccionada por licitación pública.