Así lo aseguró María Beatriz, víctima del conflicto armado, en la clausura del proceso de talleres ‘Almas que Escriben’, donde ha podido sanar sus dolores.
Luego de cinco meses, un grupo de hombres y mujeres que vivieron la guerra en Colombia desde diferentes orillas, culminaron su proceso en ‘Almas que Escriben’.
Como una iniciativa de reconciliación que le apostó a reunir en un mismo escenario a víctimas del conflicto, exmiembros de fuerza pública y personas en proceso de reconciliación, ‘Almas que Escriben’ se convirtió en el lugar para entender el dolor del otro y perdonar lo ocurrido a través de la escritura.
“En mi vida personal tenía el duelo ‘embolatado’. No había dolor más grande que el mío, pero este proceso me ayudó a aprender a conjugar el dolor de los otros con el mío. Gracias a este proceso perdoné a las Farc por el asesinato de mi esposo”: María Beatriz Sierra, víctima del conflicto participante del proceso.
Durante la clausura, los participantes hablaron de la importancia de multiplicar estos espacios para el diálogo y la construcción conjunta, donde se dejan de lado los imaginarios sobre los contrarios de la guerra.
Para la Alta Consejera para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación, Ángela Anzola, este “es un esfuerzo muy importante, porque si la gente conoce los escritos que resultaron de este proceso, seguramente la paz tendrá más sentido para quienes se oponen a ella”.
Para el 2018, se buscará que los primeros resultados de este proceso salgan a la luz en un libro y, a la vez, sean difundidos en diferentes medios.
