Poco a poco los habitantes de Rincón de Bolonia fueron saliendo de sus apartamentos para participar en un festival donde los juegos autóctonos, bailes representativos de diferentes regiones y los olores de la comida, evidenciaron la diversidad cultural que habita esta zona del suroriente de la capital.
El ambiente del festival estuvo acompañado por diversos sonidos. Por un lado, las argollas cuando chocaban contra los agujeros en el juego de rana, los gritos de felicidad cuando lograban ‘hacer sapo’, las barras de los equipos de fútbol y los aplausos para acompañar las presentaciones de danza.
Y es que cada actividad, generó un espacio para que hombres y mujeres compartieran y reconocieran sus afinidades, a partir de historias pasadas, pero aun más desde sus proyectos particulares que a la vez son fundamentales para que la convivencia entre los habitantes mejore.
Es el caso de la tía Lucía, una mujer proveniente del Chocó quien preparó un sancocho en leña e improvisó un comedor en el parque, porque como ella dice, esta actividad fue la oportunidad perfecta para conocer a sus vecinos, compartir en familia y ser parte de la construcción de una convivencia pacífica.
Los participantes coincidieron en la necesidad de seguir realizando esta clase de actividades, porque permite transformar la desconfianza en redes comunitarias y fortalecer las relaciones con la institucionalidad.
La Alcaldía de Bogotá, a través de la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, continuará promoviendo espacios de encuentro para el libre ejercicio de la ciudadanía y la apropiación del territorio en todos los espacios de Bogotá donde residen sobrevivientes del conflicto.