“Él es como esa planta que surge dentro del concreto, es la vida abriéndose paso dentro de la maleza y las circunstancias adversas”.
Así describe Cecilia García, una de las artistas del programa de apoyo a niños víctimas del conflicto armado Atrapasueños, a Santiago*, un niño de 12 años que a pesar de haber sufrido las consecuencias de la guerra desde antes de nacer, es, a su corta edad, un líder semillero del periodismo para la paz.
“Mi mamá tuvo que huir de Puerto Boyacá para no ser reclutada por la guerrilla”, relata Santiago, quien nació en Bogotá por causa del desplazamiento que vivió su familia. Su madre, abuelos y tíos, llegaron a la capital hace varios años en busca de paz, no querían hacer parte de la guerra que estaba latente en el municipio. Situación similar vivió quien sería su padre con los paramilitares en el Tolima. “A mi abuelo lo mataron cuando mi papá tenía dos meses de nacido”, cuenta Santiago. Años después de la muerte del abuelo, al papá de Santiago lo abordó un grupo de paramilitares para exigirle que asesinara a una persona, él se negó, y por esa razón le dieron 24 horas para irse del pueblo.
Sin embargo, el hecho victimizante de sus padres que desencadenó su llegada a Bogotá tuvo algo positivo. Allí se conocieron, se enamoraron y construyeron el hogar donde nació Santiago, si bien lejos de la guerra, también lejos de sus raíces. Sin embargo, aun cuando el niño nació en otro entorno y no vivió directamente las acciones del conflicto, carga el peso de la historia de su familia.
A los 10 años, sus padres le permitieron a Santiago hacer parte de Atrapasueños, estrategia diseñada por la Secretaría Distrital de Integración Social, para darle a niñas y niños víctimas del conflicto armado, atención psicosocial y pedagógica a través de juegos y actividades enfocadas en la reparación integral que garanticen sus derechos y restablecimiento de su confianza.
El acceso a esta estrategia inicia en las Casas de Memoria y Lúdica ubicadas dentro de los Centros Locales de Atención a Víctimas en el Distrito -CLAV- de la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación. En el caso de Santiago, su vinculación al programa se dio porque la zona donde vive está priorizada para atención. Al ver su proceso, la familia vinculó también a su hermano y a sus primos.
Desde que empezó a asistir a las actividades se mostró muy interesado en participar, todos los días le preguntaba a los profesores, si volverían a la siguiente jornada, y ellos de inmediato notaron su vena de líder y periodista. “Él va a llegar a ser muy grande por su espíritu inquieto y por su gran sensibilidad. Piensa, siente y reflexiona sobre el mundo de una manera única”, expresó Cecilia García, artista de Atrapasueños quien ha seguido de cerca el proceso de Santiago.
Al poco tiempo de hacer parte de la estrategia se unió a la Red de Reporteros "Pescando Cangrejos", un espacio de encuentro de niños con un interés en las comunicaciones para mostrar el mundo desde el punto de vista de la niñez. Asistió como reportero a eventos como El Día de las Manos Rojas, en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, a la inauguración del Centro Local de Artes para la Niñez y la Juventud, CLAN Cantarrana, y a varios eventos sobre temas de paz, en los que tuvo la oportunidad de entrevistar a senadores y concejales, entre otros.
Santiago y su familia son el ejemplo para muchas personas que han llegado a Bogotá buscando resguardar su integridad y a la vez construir un proyecto de vida haciendo parte de iniciativas que aporten a su futuro.
*Su nombre se cambió por seguridad