Educar para la paz: la apuesta de Bogotá por transformar las realidades derivadas del conflicto

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Procesos pedagógicos
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Con 20 procesos pedagógicos construidos de la mano de la gente, la Consejería de Paz promueve el pensamiento crítico para la no repetición, la búsqueda de personas desaparecidas y combate la estigmatización. Reflexiones.

Bogotá D.C., 29 de diciembre de 2025. La pedagogía es la columna vertebral de la construcción de paz. Por esta razón, hablar de la territorialización del Acuerdo de Paz desde Bogotá implica contar con herramientas robustas que permitan a las comunidades adquirir habilidades para gestionar los conflictos de manera no violenta, así como conocer y acceder efectivamente a sus derechos, en especial aquellas personas que han sido afectadas por el conflicto armado. Con eso en mente, en Bogotá nos propusimos adelantar, durante este cuatrienio, 20 procesos pedagógicos orientados a fortalecer las capacidades de la ciudadanía para la construcción de paz. Estos procesos buscan convertirse en un puente entre la institucionalidad y la ciudadanía. 

La Consejería de Paz, de la mano de distintas organizaciones aliadas, avanza en la implementación de estos procesos. La entidad cierra el año 2025 con ocho procesos pedagógicos ejecutados y recibe el 2026 con la promesa de lograr otros ocho.

En este camino, uno de los más grandes desafíos que abordamos desde lo pedagógico es la posibilidad de transformar creencias culturales que puedan ir en contraposición a la construcción de paz y se encuentren arraigadas en los imaginarios colectivos. Un ejemplo de ello es el desconocimiento de la relación que puede haber entre la práctica de “adopción de almas en los cementerios” y la búsqueda de personas dadas por desaparecidas. Esta práctica, que consiste en la apropiación simbólica de restos de personas no identificadas o no reclamadas, a través del lavado de placas, la colocación de ofrendas o flores, con el propósito de obtener favores o protección, desde la perspectiva de la búsqueda de personas dadas por desaparecidas puede poner en riesgo información clave para sus familiares, al modificar o eliminar datos relevantes consignados en las lápidas, fundamentales para los procesos de identificación y búsqueda.

Frente a este riesgo, se puso en marcha un proceso pedagógico orientado a fortalecer las medidas cautelares decretadas por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que consistió en armonizar esta práctica cultural con las necesidades del proceso humanitario y extrajudicial de búsqueda. Uno de los resultados más significativos fue el reconocimiento, por parte de las y los empleados del Cementerio del Sur —con más de 30 años de presencia en el lugar—, de la importancia del cuidado de las lápidas y la construcción de consensos sobre las acciones necesarias para su protección.

También se han implementado procesos pedagógicos como herramientas para la no repetición, orientadas a evitar que el conflicto armado vuelva a ocurrir y a propiciar la reflexión sobre sus consecuencias en entornos receptores de víctimas del conflicto armado y de quienes hicieron parte de grupos armados al margen de la ley. En este sentido, en el marco de una alianza con la Fundación Imaginario y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), implementamos una estrategia pedagógica enfocada en reflexionar sobre las consecuencias del conflicto armado, mediante la formación de docentes de 10 instituciones educativas distritales en el fortalecimiento del pensamiento histórico crítico en estudiantes de los últimos grados de bachillerato. 

Ambos procesos se diseñaron utilizando herramientas de edu-entretenimiento para enseñar de forma atractiva y cercana a través del juego y así generar un mayor impacto en la apropiación de contenidos y en la transformación de narrativas, en un contexto predominantemente digital como el escolar.

Lo pedagógico también nos permite situar la participación ciudadana en el centro de la acción pública. En la Consejería de Paz, las cuatro fases de la metodología para el diseño, la implementación y el seguimiento de los procesos pedagógicos se construyen de manera directa con la población sujeto de estos procesos. Un caso emblemático fue el proceso participativo implementado con el Consejo Distrital de Paz, a través del cual fue posible consolidar las memorias de esta instancia de participación, cerrando un primer ciclo de funcionamiento tras su reactivación en 2021. Mediante este proceso pedagógico, el componente de la sociedad civil del Consejo no solo contó con un espacio de reflexión para identificar aprendizajes, sino que también permitió formular recomendaciones para la siguiente cohorte de consejeros y consejeras que iniciará funciones en la próxima vigencia. 

Lo participativo también fue característico en el caso del proceso adelantado con mujeres para la formulación de recomendaciones orientadas a la implementación de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Este instrumento reconoce la afectación diferenciada de las mujeres en el marco del conflicto armado y plantea una corresponsabilidad entre los distintos niveles del Estado. Hoy, como resultado de este proceso pedagógico Bogotá cuenta con recomendaciones concretas sobre cómo contribuir a la implementación del Plan de Acción Nacional (PAN) que busca mitigar estas afectaciones. 

También, la pedagogía para la construcción de paz nos brinda la oportunidad de acompañar el restablecimiento de los derechos de quienes han sido parte del conflicto armado y que hoy continúan enfrentando sus consecuencias. Esto lo abordamos a través de tres procesos adicionales.  El primero es el de Bogotá apoya la búsqueda, mediante el cual se forma a servidoras y servidores públicos para fortalecer la orientación en casos de desaparición forzada y mejorar el acompañamiento a las familias en la documentación y presentación de solicitudes de búsqueda de sus seres queridos. A esto se suma el proceso pedagógico para la formación a personas afectadas por el conflicto armado en el acceso a los procesos de acreditación ante la JEP y un proceso adicional con el que se adelantaron acciones de prevención de la estigmatización con población jóven y personas firmantes del Acuerdo de Paz en las localidades de Usme y Tunjuelito.

Como vemos, la pedagogía para la construcción de paz es una herramienta para acompañar el restablecimiento de los derechos de quienes han sido parte del conflicto armado, así como, construir nuevas narrativas y creencias y aportar a la no repetición.  En este escenario, la institucionalidad cumple un rol clave como garante de una ciudadanía plena e incluyente. Bogotá seguirá apostándole a educar para la paz y desarrollando herramientas